logo el recado

.

Clima

Cuento Corto: los ojos que hablan de amor *Por Pablo Menéndez


Cuento Corto:  los ojos que hablan de amor *Por Pablo Menéndez

En un pequeño pueblo costero de la zona de Asturias vivía un joven llamado Guillermo. Era conocido por todos como un romántico empedernido. Siempre llevaba consigo un cuaderno y un lápiz para anotar sus pensamientos y sentimientos. Pero lo que más le gustaba era observar a la gente y, en particular, los ojos de las personas.

Guillermo creía firmemente que los ojos eran las ventanas del alma, y ​​que podía descifrar los sentimientos de una persona solo mirando sus ojos. Pasaba horas sentado en el parque del pueblo, observando a las parejas que paseaban tomadas de la mano, a los niños que jugaban en la hierba y a los ancianos que compartían historias en los bancos del parque. Siempre llevaba su cuaderno y su lápiz, anotando sus observaciones.

Un día, mientras estaba sentada en su lugar favorito del parque, vio a una joven llamada Lucila. Sus ojos eran como dos luceros que brillaban con intensidad. Guillermo no pudo apartar la mirada de sus ojos y comenzó a escribir en su cuaderno. Notó que sus ojos hablaban de amor, de pasión y de sueños compartidos. Estaba convencido de que Lucila era el amor de su vida, aunque nunca le había hablado.

Los días pasaron, y Guillermo siguió observando a Lucila desde lejos, siempre escribiendo en su cuaderno sobre los sentimientos que veía en sus ojos. Pero nunca se atrevió a acercarse y hablarle. Le daba miedo que sus palabras no estuvieran a la altura de lo que veía en sus ojos.

Un día, el destino intervino. Mientras Guillermo estaba sentado en el parque, Lucila se le acercó y le preguntó qué estaba escribiendo en su cuaderno. Él, nervioso pero emocionado, le mostró sus anotaciones sobre los ojos de la gente y, en particular, sobre los ojos de ella.

Lucila llamando y le dijo: “También creo que los ojos son la ventana del alma. Me has mirado durante tanto tiempo, ¿Qué es lo que ves en mis ojos?”

Guillermo tomó un profundo aliento y le dijo la verdad. Le dijo que veía amor, pasión y sueños compartidos en sus ojos. Lucila sonó aún más ampliamente y confesó que también había estado viendo a Guillermo desde lejos y que sentía lo mismo.

Desde ese día, ellos comenzaron una hermosa historia de amor. Aprendí que a veces, los ojos pueden decir más que las palabras, pero que las palabras también son importantes para expresar lo que sentimos en nuestros corazones.

Y así, juntos, vivieron su propia historia de amor, con sus ojos como testigos silenciosos de cada emoción, cada sueño compartido y cada momento especial que compartieron a lo largo de los años. Sus ojos continuaron hablando de amor, incluso cuando las palabras se quedaron cortas.

Reviews

  • Total Score 0%
User rating: 0.00% ( 0
votes )



Reset password

Ingrese su dirección de correo electrónico y le enviaremos un enlace para cambiar su contraseña.

Comience con su cuenta

para guardar tus casas favoritas y más

Ingresa con e-mail

Comience con su cuenta

para guardar tus casas favoritas y más