Eran los únicos oficiales en servicio para brindar seguridad en la localidad balnearia del vecino distrito de General Alvarado. Sus jefes sospecharon y la justicia avanzó hacia la detención. En sus casas guardaban parte del botín: un cuatriciclo, televisores y otros electrodomésticos.

La investigación judicial, a partir de hipótesis sospechas originadas entre sus superiores a partir de datos aportados por la víctima, avanzó pronto y permitió recuperar buena parte de los bienes que habían sustraído y que tenían en sus casas: uno de ellos guardaba un cuatriciclo y el otro varios televisores, horno y otros electrodomésticos.

“Me ofrecían quedarse como consigna en la casa cuando eran los autores del robo”, aseguró la dueña del inmueble conocido como La Marea, frente a la playa, que el pasado viernes 12 a la madrugada recibió el aviso de la alarma activada cuando ella y su familia estaban en su domicilio estable de la localidad bonaerense de Chacabuco.

Los “poliladrones”, como pronto los bautizaron en esta localidad próxima a Miramar, se movieron con relativa impunidad. La víctima aseguró que le comentaron algunos vecinos que habían visto a su cuatriciclo en uso, en días posteriores al robo, en un sector próximo conocido como Rincón de los Gauchos. Aseguran que quien lo piloteaba era uno de los policías ahora detenidos, acompañado por su novia.

Los acusados declararon este viernes ante la fiscal Ana Caro, a cargo de la causa judicial, y reconocieron participación en el hecho. Según trascendió, argumentaron que tenían algunas urgencias económicas.

La víctima resumió el hecho con un primer intento de robo frustrado por la activación de la alarma. Quedaron una puerta rota y sensores desconectados. Una mujer que vive cerca y cuida la casa se acercó para constatar y reparar con su marido la abertura dañada. Todo en presencia de los dos policías que cubrían turno, que luego se confirmarían como sospechosos y autores confesos de esa primera tentativa y del posterior robo consumado.

La víctima denunció el robo de uno de dos cuatriciclos, televisores, pantallas, computadora y bebidas alcohólicas. Y sospechosamente, puertas abiertas con llave cuando la cuidadora las había escondido, también en presencia de los policías.

Esos datos llamaron la atención a los jefes policiales, de destacamento y Policía Comunal, por lo que avanzaron con la fiscal sobre esa pista y pronto encontraron pruebas contundentes: cámaras de seguridad y el registro de movimiento del móvil de Mar del Sud, que se movió esa noche hasta la puerta de la casa de ambos oficiales, en Miramar.

La fiscal Ana Caro los acusa de robo agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Permanecen detenidos en la Unidad Penal 44 de Batán y el Ministerio de Seguridad ya dio los pasos para separarlos de la fuerza. (Fuente ahoramdp.com)