En una evaluación de la primera quincena de enero, distintos dedicados al sector turístico destacó un consumo entre «moderado» y «flojo» en el sector gastronómico, señalando una diferencia notable respecto a las temporadas anteriores.
Dirigentes del sector gastronómico expresaron: “En el arranque de enero notamos un comportamiento generalizado más cauteloso en cuanto al gasto en la gastronomía. Aunque la actividad se mantiene, es evidente que los visitantes están siendo más precavidos con sus bolsillos”.
A pesar de las expectativas, el turismo no ha experimentado un aumento significativo, y los visitantes parecen optar por estadías más cortas. «La hotelería no estalló, y la ocupación rondó entre el 60 y el 70% en la mayoría de los establecimientos, cifras notablemente más bajas que años anteriores», relató un propietario de un importante hotel de nuestra ciudad.
Donde más se advierte una tendencia en baja en cuanto al consumo es en la gastronomía, donde si bien hubo demanda de trabajadores temporarios aunque a menor escala que otros veranos, “las familias que vienen consumen lo justo, se cuidan y hasta se registran bajos niveles de propina”, señaló un mozo de un bar que tiene ya tiene muchos años en el rubro.
Sin dudas que este cuadro de situación es comprensible que en un contexto económico complejo, los turistas estén cuidando sus gastos. Esto impulsa a los establecimientos a adaptarse a las nuevas dinámicas y también aflora la preocupación.
