El PJ bonaerense se reunirá a fines de enero y el congreso partidario, donde se discutirán las posibles fórmulas, recién a fines de febrero. Ese es el argumento que utiliza Cambiemos para adelantar las elecciones para principio de junio, donde ningún intendente -sea Insaurralde, Magario o Durañona- tendrán tiempo para instalarse en toda la provincia, ya que hay desconocimiento en los jefes comunales en los 135 municipios. El plan de Vidal -si es que logra convencer a Macri- es convocar a elecciones para junio lo que obligaría a cerrar listas en marzo.
De allí que surge con fuerza -si adelantan las elecciones- la candidatura de Axel Kicillof, quien es la única figura que recibe el 100 por ciento de los votos de Cristina Kirchner y un conocimiento en toda la población. Como si fuera poco sumaría votos progresistas y de izquierda y también de sectores de clase media que lo consideran un hombre honesto que ayudaría a salir del desastre económico de Vidal con un brutal endeudamiento provincial.
Los intendentes bonaerenses, que en un principio presionaban para un candidato propio, reconocen que si Vidal adelanta las elecciones no tienen tiempo de armar una fórmula ganadora, cosa que sí sucedería si las elecciones fueran recién en octubre con Cristina candidata a la presidencia.
Kicillof será acompañado por un jefe comunal y hoy figura con fuerza Verónica Magario, la intendenta de La Matanza para acompañarlo. Tampoco hay que descartar a Francisco “Paco” Durañona, un jefe comunal que conoce al interior de la provincia y que ha manifestado sus ganas de ir por la Gobernación.
Cristina Kirchner ve con buenos ojos la fórmula de su ex ministro de Economía, pero también reconoce el rol de los intendentes bonaerenses, de allí que dejará que el tiempo pase y los bonaerenses elijan los mejores candidatos.
