Un proyecto de Ley impulsado por el senador Alfonso Coll Areco busca reducir drásticamente las distancias mínimas para pulverizar con agroquímicos, que quedarían a apenas 10 metros de las zonas urbanas y escuelas, y a 25 metros de cursos de agua, tornando extremadamente permisiva la legislación actual, a pesar de la polémica en torno a ese tipo de productos cuyos efectos sobre la salud -generando cánceres y malformaciones- son objeto de controversia científica.

La iniciativa de Coll Areco –que es llamada en los foros especializados “ley cáncer”-, busca derogar la vieja ley 10669, plagada de “zonas grises” y sancionada hace más de una década. Hasta hora marcha bien: salteó todo el trámite parlamentario y llegó al recinto, donde fue aprobada con la sola oposición del FpV. De cara a su tratamiento final en Diputados, el espectro peronista manifestó su preocupación y unió filas para “resistirla”.

El FpV afirma que detrás de la iniciativa de Coll Areco, que integra un pequeño bloque filooficialista y curiosamente preside la comisión de Medio Ambiente, está la instrucción del gobierno de María Eugenia Vidal.

Según el senador Gervasio Bozzano, existe “un claro acuerdo con el Ministro de Agroindustria Leonardo Sarquìs – ex gerente de Monsanto – y con la expresa finalidad de evitarle los costos políticos al ejecutivo provincial”, que serían asumidos, en este caso, por Coll Areco.

Ese senador, afirmó Bozzano, “logró el acuerdo del bloque de Cambiemos para evitar el debate y facilitar, entre gallos y medianoche, el tratamiento sobre tablas del proyecto”.

En concreto, se objeta de la normativa las distancias mínimas de la llamada “zona de exclusión”, es decir donde la fumigación está prohibida. De prosperar, la distancia mínima para pulverizar glifosato, por ejemplo, sería de apenas 10 metros de un ejido urbano o de una escuela y a 25 de cursos de agua.

En contraste, distritos como Ramallo o Cañuelas aprobaron ordenanzas que limitan desde los 300 a los 2 mil metros la distancia mínima de zonas urbanas, residenciales o de quintas y cursos de agua, y prohíben fumigar cerca de escuelas durante días de clases. Existe incluso un fallo de la Suprema Corte bonaerense estableció un límite de mil a dos mil metros la pulverización en la cercanía de escuelas o viviendas.

La nueva normativa, además de volverse más permisiva en esos aspectos –en conflicto incluso con el principio jurídico en materia de legislación ambiental que prescribe lo opuesto-, abre un foco de conflicto respecto de las autonomías municipales, por cuanto las avasalla al obliga a las comunas a “adherir o adecuar sus normas a la presente”.//Fuente: Infocielo