Es en reclamo por despidos en el sector y por aumentos salariales.
La Asociación Bancaria confirmó un paro de 48 horas para hoy y mañana en reclamo por despidos en el sector y por mejoras salariales en la paritaria. “Hechos todos los esfuerzos de diálogo el secretariado general nacional de la Asociación Bancaria ratifica el paro de 48 horas previsto para jueves 21 y viernes 22 de abril”, indicó el gremio en un comunicado.
“Esa es nuestra firme decisión en tanto no exista una respuesta positiva a nuestro reclamo de reincorporación de los despedidos y una propuesta satisfactoria de acuerdo salarial”, añadió la Asociación Bancaria. Los bancarios ya habían realizado un paro el jueves de la semana pasada.
El sindicato que conduce Sergio Palazzo y las cámaras empresarias del sector estuvieron reunidos hasta horas avanzadas de la noche de ayer para destrabar el conflicto. Una pequeña luz se abrió en la cartera laboral ya que hubo avances en las negociaciones, aunque no al punto de permitir el levantamiento de las medidas de fuerza, señalaron fuentes gremiales a Infobae. La audiencia pasó a un cuarto intermedio para las 15 de este jueves.
La intensificación de la pelea entre la parte sindical y la patronal llevó a que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, tome intervención directa en la mesa paritaria. El gremio viene de llevar adelante un paro de 24 horas la semana pasada en reclamo de un aumento salarial superior al 30 por ciento y por el despido de 47 empleados del Banco Central y 6 del Banco Provincia de Buenos Aires (Bapro).
Por la huelga, no habrá atención al público en todos los bancos del país y podría faltar dinero en los cajeros automáticos. Tampoco habrá clearing, por lo que se no acreditarán cheques ni se podrán realizar la mayoría de las operaciones por homebanking.
Los bancarios mantienen una relación de hostilidad creciente con las autoridades financieras designadas por el gobierno nacional. En el BCRA, son frecuentes los cuestionamientos del sindicato hacia el presidente de la entidad, Federico Sturzenegger, por su falta de respuesta a la reincorporación del personal cesanteado.
La misma tensión se vive en el Bapro. Además de los despidos, los trabajadores de acusan la gestión de Juan Curuchet de querer “destruir la carrera bancaria” y amenazar con el cierre de sucursales. También le endigan la intención de querer “privatizar” la gerencia general de la entidad, luego de el macrismo incorporó en ese puesto a Jorge Allen, un ex director del Banco Francés.
La pulseada entre la Asociación Bancaria y el gobierno de Cambiemos tomó un nuevo impulso ante la dilación de las cuatro cámaras empresarias de la actividad en acordar un aumento anual. La paritaria venció el pasado 31 de diciembre, por lo que van más de 4 meses de demora.
Aún cuando falta el convenio paritaria anual, el gremio bancario fue uno de los primeros sindicatos grandes que lograron arrancarle a los empresarios una “suma puente” que permita paliar la aceleración de la inflación y el consiguiente deterioro salarial.
En enero pasado, los afiliados de “La Bancaria” consiguieron un incremento transitorio de 9.000 pesos que fue dado a cuenta de la paritaria anual. La suma se abonó en tres cuotas mensuales de 3.000 entre enero y marzo, por lo que este mes debe definirse el porcentaje de la suba.
Al momento de ese acuerdo, Palazzo esperaba que la inflación estuviera controlada para abril, pero lo cierto es que los precios no pararon de subir e incluso abril podría marcar el nivel más alto desde la salida de la Convertibilidad: 8% mensual.
El escenario de alta inflación empujó a los bancarios a insistir en su pedido para cerrar una paritaria anual que roce el 40 por ciento. Las entidades ya anticiparon que no están en condiciones de hacer frente a ese reclamo.
De lograr quebrar la resistencia de los empresarios, Palazzo se adjudicará una victoria que lo reposicionará en la interna de una CGT que proyecta estar unificada hacia agosto. El mérito no sería menor: muchos de sus pares y jefes sindicales aún no reaccionaron frente a las cesantías y el deterioro salarial que padecen sus representados.
