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Abrieron el juego y Sergio Massa se convirtió en Pacman de la política


Abrieron el juego y Sergio Massa se convirtió en Pacman de la política

El oficialismo dejó crecer al massismo en la Provincia para garantizarse la gobernabilidad. El Frente Renovador no se conforma con lo conseguido y va por más, pero en Cambiemos empiezan a ponerle algunos frenos. Cómo negocia el líder del espacio.

“Nunca se cansa, donde ve una oportunidad está negociando algo”. Así describe un legislador a su jefe político.

Insaciable en la búsqueda de sumar poder y mantenerse en lo alto de la esfera mediática, con el irrenunciable objetivo de llegar algún día a la Presidencia de la Nación, Sergio Massa ha avanzado en los últimos meses en la estructura gubernamental bonaerense y no se detiene en la búsqueda de nuevas sillas para su tropa.

Las necesidades políticas de la gobernadora María Eugenia Vidal, con quien Massa tiene una muy buena relación, llevaron a que la garantía de gobernabilidad la brindara en el principio de la gestión el Frente Renovador. Eso tuvo su costo. En Cambiemos algunos piensan que el precio comienza a ser caro, y hasta el propio presidente Mauricio Macri advirtió de ello a la mandataria provincial.

El premio mayor con el que se quedó el massismo es la presidencia de la Cámara de Diputados, y el manejo de un millonario presupuesto que acciona como una caja política invalorable para un partido sin gobernaciones y con apenas una decena de intendencias.

También el Frente Renovador aportó el secretario de Derechos Humanos, colocó dos directores en el Banco Provincia, y otros directores en el holding de empresas de Bapro, además del subcontador y el subtesorero de la Provincia.

Pero no terminan allí las peticiones. El massismo pretende quedarse con la Defensoría del Pueblo y el Tribunal de Cuentas, donde aparecía como principal postulante la senadora Malena Baro. Y a la ristra de pedidos se suman sillas en los directorios de Aubasa, ABSA, BAGSA, OCABA, Autoridad del Agua, Centrales de la Costa y los consorcios portuarios. Por lo pronto no logró lo que quería en IOMA y el IPS.

La pelea en el Senado bonaerense por el control de las comisiones de Presupuesto y de Asuntos Constitucionales fue el primer cortocircuito entre Cambiemos y el Frente Renovador en tierras provinciales. Y a la vez encendió una luz de alerta en el oficialismo: ¿hasta dónde ceder?

Hasta disparó un llamado de atención del Presidente de la Nación a la Gobernadora. “¿Por qué estamos financiando a Sergio Massa en la Provincia?”, preguntó a modo de reproche Mauricio Macri, quien ha tenido algunos entredichos con el tigrense en las últimas semanas.

Es el propio Massa quien se encarga de llevar adelante todas las negociaciones. “Si alguien te dice que negocia casas importantes por él, miente, le gusta estar en todo, y las cuestiones de importancia las trata directamente él con Macri o con Vidal, casi siempre mediante mensajes de texto”, asegura un dirigente cercano, y lo ratifican todos los consultados.

El WhatsApp es la herramienta tecnológica preferida por el líder del Frente Renovador para comunicarse con los demás dirigentes. Por esa vía suele tener conversaciones periódicas con la Gobernadora. Los acuerdos a los que ellos arriban son luego instrumentados políticamente por el ministro de Gobierno, Federico Salvai. Fue él quien recibió las recomendaciones del bloque de Cambiemos del Senado de “mantener la mano firme” en la decisión de no cederle Asuntos Constitucionales al Frente Renovador.

En las negociaciones de la Legislatura por las comisiones siempre estuvo atento a lo que pasaba, aunque dio libertades para negociar. Hay quienes dicen que algunos tomaron esas libertades con demasiado ímpetu y se excedieron en el pedido, y aunque él no los frenó llegó a decir: “No voy a arriesgar todos los demás acuerdos por una comisión”.

El ámbito donde más cómodo se siente Massa cuando negocia es en su propia casa o, eventualmente, en las oficinas que posee en el piso 15 del Edificio de las Naciones en Tigre. Le gusta siempre jugar de local, y en su domicilio además combina las reuniones con otra de sus pasiones: los asados.

Se le reconocen dotes de muy buen anfitrión y suele preparar él mismo los asados para los invitados con los cuales durante la amena jornada lleva adelante los acuerdos políticos. Hay quienes dicen que ello le otorga una ventaja mayor a la que los invitados creen.

Con un asadito en el quincho de Tigre cerró con Emilio Monzó (presidente de la Cámara de Diputados de la Nación) y Nicolás Massot (jefe del bloque nacional de Cambiemos) el acuerdo para que el massismo acompañara las leyes que le permiten al Gobierno nacional avanzar en las negociaciones con los Fondos buitre.

La gobernadora Vidal ha concurrido en más de una oportunidad a apreciar las dotes culinarias del diputado y, por supuesto, charlar sobre el derrotero de la política bonaerense y el reparto del poder, sobre todo en los lugares que le corresponden a la oposición.
En el radicalismo, socio del PRO en Cambiemos, lo logrado por Massa en los tres meses de gobierno de Vidal provoca celos.

“Tiene mucho más que nosotros” es una de las reiteradas quejas en la UCR, donde celebraron particularmente la victoria (al menos hasta ahora) en la pelea por la comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos.

Mientras tanto, el objetivo de Sergio Massa es seguir ganando niveles en la estructura provincial antes que en Cambiemos digan Game Over. (Fuente latecla.info)

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