En Argentina ya se empiezan a impulsar los proyectos de la Ley de Teletrabajo, en el marco de la cuarentena decretada desde el mes de marzo. Esta semana hubo dos reuniones de comisión esta semana, y se presentaron 16 proyectos de cara a un próximo debate en Cámara de Diputados. Por otra parte, la consultora Apex América realizó una encuesta con teletrabajadores de Argentina, Chile y Colombia para conocer cómo se experimenta esta modalidad de trabajo que creció exponencialmente producto de la pandemia.

El estudio reveló que el 64% de las personas que realiza teletrabajo como prefiere y le gusta esta modalidad, mientras que un 12% lo odia. Al mismo tiempo, los datos también mostraron que el 80% piensa que el homeoffice es bueno, pero al 50% le preocupa su salud mental. El 93% de los encuestados aseguró que mantuvo el nivel de productividad o lo mejoró. Por parte de las empresas, el 47% afirmó que continuarán con la modalidad homeoffice cuando termine la cuarentena, mientras que 42% aún no lo descarta, considerando el abaratamiento de los costos de alquileres de oficinas. 

Muchos de los puntos más importantes que se puntualizan en los proyectos, tienen relación con las complicaciones que empezaron a surgir tras el crecimiento de esta modalidad de trabajo. Entre ellos, se pretende considerar una igualdad de trato entre los trabajadores de homeoffice y quienes vayan a la oficina. Es decir, que el Convenio Colectivo de Trabajo debe regir de la misma manera para ambos casos. Además, se pide que la voluntad de realizar teletrabajo corra por cuenta del trabajador. El ítem más importante tiene que ver con los medios y herramientas de producción. La empresa deberá proveer de computadoras e internet a cada empleado. Y con respecto al control, debe haber con consenso previo con el trabajador que permita la vigilancia en ese entorno. 

La especialista en tecnología, Verónica Tenaglia se comunicó por videoconferencia con C5N para brindar su perspectiva de la situación en este contexto particular. La profesional consideró que “es una modalidad de trabajo y no un trabajo en sí mismo”. Además, dijo que “tiene varias ventajas que vale la pena evaluar”, aunque ahora en “el proceso de aislamiento presentó algunos inconvenientes”. En este sentido, mencionó que las dificultades tienen que ver con que “ahora toda la familia está en la casa” y eso podría afectar la productividad del trabajador.

También mencionó que el crecimiento de esta modalidad evidenció “la necesidad de la infraestructura, herramientas y conectividad adecuada”, que las empresas tienen que garantizar a sus empleados para no interrumpir el nivel de productividad. Y por último, Tenaglia apuntó al nivel de desarrollo tecnológico que el país tiene que tener para poder hacer frente a esta nueva modalidad de la mejor manera. En este sentido remarcó lo “necesario que es el desarrollo a nivel país para incluir y generalizar este tipo de posibilidades”.